martes, 15 de enero de 2013

EL CASO GÜEMES Y LA DESVERGÜENZA INSTITUCIONALIZADA.



El viernes pasado la Cadena Ser informó que la empresa de la que era Consejero desde Agosto Juan José Güemes, ex Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, se había hecho desde noviembre, mediante la compra del 55% de BR Salud, con  el servicio público de análisis clínicos de seis hospitales,  49 centros de salud, 107 consultorios periféricos y 100 residencias que él mismo había privatizado y adjudicado en 2009.

No se hicieron esperar los apoyos de políticos del PP y sus seguidores más acérrimos. Legalmente el Sr. Güemes estaba libre de incompatibilidad, una vez había pasado el tiempo requerido, pero ética y moralmente es reprobable su actuación sobre todo en una Comunidad en donde desde hace tiempo y con un inexplicable furor privatizador se está entregando la sanidad madrileña al sector privado y con toda la Sanidad de Madrid en pie de guerra.

No cabe duda que la sospecha que tenemos muchos ciudadanos sobre la famosa puerta giratoria, sector público-sector privado-sector público, se está usando para el enriquecimiento de empresas privadas a costa del dinero público y a su vez el enriquecimiento personal de los que van transitando por esa puerta en una u otra dirección.

Las declaraciones de apoyo a Güemes, no por esperadas  no  son menos indignantes, pero si hay una que es sumamente grave y sobre todo por lo que representa el puesto que ocupa. La  Defensora del Pueblo en la misma cadena que había destapado el asunto llego a enfadarse para defender a su ex compañero de militancia diciendo: “Que Estado tan perseguidor, ¿no? Si ha estado cuatro años fuera y la ley dice que dos basta podrá volver a trabajar... ¿o va a ser un inútil total?".

Creo que ya está bien de esta tomadura de pelo generalizada de ciertos políticos a los ciudadanos o al pueblo, como lleva en su denominación el cargo que con tanta parcialidad ostenta la Sra. Becerril. Vemos como los consejos de administración de grandes empresas de este País se llenan de “ex”, Ministros, Presidentes y Consejeros Autonómicos e incluso Presidentes del Gobierno, que pocas veces son expertos en la actividad de la empresa a la que asesoran sino que alcanzaron ese puesto precisamente por ser “ex” y en algunos casos habrán llegado ahí como pago a favores prestados en el ejercicio de su mandato. Las empresas son por todos conocidas y en su mayoría de sectores muy dependientes de decisiones políticas, como el energético y el financiero y ahora, que estamos inmerso en su “externalización”, del Sanitario. Curioso que muchas de estas hayan sido privatizadas y vendidas al mejor postor.

Cuando la Defensora del Pueblo acaba la frase en defensa de Güemes con la perorata “¿o va a ser un inútil total?”, la respuesta sería que muchos de estos señores, que en la vida han hecho nada distinto a la actividad política, nunca han trabajado en la empresa privada, y solo acarrean la experiencia de medrar en su partido y recalar en alguna tarea de gobierno durante unos años, que no es poco, no serían fichados ni por la nueva presidenta del consejo asesor de Seeliger y Conde, a no ser que quieran cazar la agenda de “mamandurriados” de la ex Presidenta a fin de ofrecérsela a sus clientes en la sección “Fichajes con contactos Políticos”.

Hoy el ciudadano Güemes, en un ejercicio de cinismo y desprecio para la inteligencia de los ciudadanos madrileños al que nos tienen acostumbrados estos personajes, dice irse porque cree "haber perdido algo de libertad en la defensa de mis ideas y de mis profundas convicciones en apoyo a la colaboración público-privada", como si alguien le hubiera puesto una pistola en la sien al esposo de la diputada Andrea Fabra y yernísimo de Carlos Fabra; el ciudadano Güemes se ha ido porque su actuación es indecente y él sabe lo que los ciudadanos pensamos de él.

Lo inquietante es que el mismo Presidente de la Comunidad de Madrid declaró hoy en la SER que no le parece mal que un político cuando deje su actividad y una vez pasados los plazos legales trabaje para empresas que contraten con la administración incluso en el área en la que desarrolló sus tareas. Pues muy bien Don Ignacio, sin complejos, no sé donde recalará usted cuando deje la Presidencia de Madrid, pero seguramente, si la Patria no le busca mayores servicios, estará ya preparando su aterrizaje en alguna de estas empresas, al tiempo. Parafraseando la famosa cita, los políticos no solo tienen que ser honrados, sino también parecerlo y yo dudo mucho de la honradez y de la ética de algunos políticos.

Esperando más dimisiones, sobre todo la de la Sra. Becerril, a 15 de enero de 2012.

2 comentarios:

  1. gran entrada amigo si es una vergüenza todo este tema como tantos, desviando siempre a sus empresas el dinero de nuestros impuestos gracias amigo y enhorabuena

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