“-Hijo, esto de ser ladrón no es arte mecánica sino liberal.Y de allí a un rato, habiendo suspirado, decía de manos:-Quien no hurta en el mundo, no vive. ¿Por qué piensas que los alguaciles y jueces nos aborrecen tanto? Unas veces nos destierran, otras nos azotan y otras nos cuelgan..., no lo puedo decir sin lágrimas (lloraba como un niño el buen viejo, acordándose de las que le habían batanado las costillas). Porque no querrían que donde están hubiese otros ladrones sino ellos y sus ministros. Más de todo nos libró la buena astucia. En mi mocedad siempre andaba por las iglesias, y no de puro buen cristiano. Muchas veces me hubieran llorado en el asno si hubiera cantado en el potro. Nunca confesé sino cuando lo mandaba la Santa Madre Iglesia. Preso estuve por pedigüeño en caminos y a pique de que me esteraran el tragar y de acabar todos mis negocios con diez y seis maravedís: diez de soga y seis de cáñamo. Mas de todo me ha sacado el punto en boca, el chitón y los nones. Y con esto y mi oficio, he sustentado a tu madre lo más honradamente que he podido.”
“Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños” Francisco de Quevedo
En la novela picaresca española el pícaro aspiraba
a mejorar su condición social con todo tipo de engaños y estafas
arrepintiéndose al final de su vida, después de hacer un recorrido satírico por
todas las capas de la sociedad de la España Imperial del Siglo de Oro
reflejando la hipocresía de los poderosos.
El pícaro actual difiere claramente del pícaro de
aquellos años de miserias. No ha nacido de una madre alcahueta ni de un padre
ladrón, el pícaro actual ha nacido en el seno de un partido político
hegemónico o ha sido compañero de juegos de algún político en su adolescencia
partidaria; ver si no como crecieron Francisco Correa y Álvaro Pérez en aquel
Clan de Becerril, protegido bajo el ala de Jose María Aznar y del que salieron
figuras tan picarescas como Alejandro Agag "el yernísimo", de todos conocidos por
sus negocietes, López Viejo dimitido por el escándalo Gürtel, Esteban González
Pons político de lengua suelta y afilada, el Consejero de Sanidad
intercambiable José Ignacio Echaniz o el ex concejal de Vivienda del
Ayuntamiento de Madrid Sigfrido Herráez.
Jesús Gil fue un pícaro entre dos épocas, empezó de
la nada y llego a constructor, quizás la actividad que mas pícaros y golfos nos
ha dado. Fue condenado a cinco años de cárcel por homicidio involuntario de 56
personas a los que se le hundió el techo de un restaurante en los Ángeles de
San Rafael, indultado a los dos años declaro al ABC que fue un preso político, ¿se
puede ser mas pícaro?. Después fue ascendiendo en su escalafón y llegó a
Presidente y dueño del Atlético de Madrid y aunque parezca extraño Alcalde de nuestra
Sodoma y Gomorra Veraniega, Marbella, que quizás fue el laboratorio de ensayo
de la Valencia de los últimos años. Gil llegó a presentar en bañador un
programa de variedades estivales en Telecinco. La leyenda urbana dice que no
murió, sino que acosado por los jueces se retiró a descansar a una Isla del
Caribe junto con JFK y Elvis, habrá que verlos.
El primer pícaro famoso relacionado con un partido
político fue el hermano de Alfonso Guerra. A Juan Guerra, le habían puesto un
despachito en la Delegación del Gobierno de Andalucía como asistente de sus
hermano, con un salario de ochocientos euros al mes, quizás fue el primer “mileurista”.
En el despachito entre cafelito y cafelito decían que apañaba negocietes,
aunque después de ser juzgado seis veces por cohecho, prevaricación y
malversación de fondos públicos solo lo condenaron por delito fiscal. Juan
Guerra quizás también se acercaba al pícaro clásico, el fraude fiscal por el
que le condenaron a él y a su socio fue de apenas doscientos cincuenta mil
euros, cantidad por la que seguramente ni saldría de casa Francisco Correa “El
Padrino”, como le llamaban sus colaboradores. Este, junto con Álvaro Pérez, “El
Bigotes” asistieron a la boda de Alejandro y Ana y seguro que allí se
encontraron con muchos de sus clientes, los negocietes y correrías de este dúo
darían al difunto Berlanga para dirigir cinco o seis Escopetas Nacionales.
Hay chóferes pícaros que declaran haberse esnifado,
con su jefe, un alto cargo del Gobierno socialista de Andalucía, casi medio millón de euros en cocaína con las subvenciones que le
conseguía, Seguramente
puestas las rayas de “fariña” en Sevilla, una detrás de otra, llegaríamos aspirando
a Alcalá de Guadaira.
Pero el reino de la picaresca nacional moderna es
la Comunidad de Valencia, donde un jurado popular, ojo que no digo del Partido
Popular, acaba de absolvió a su ex Presidente Francisco Camps, El Curita, de
cohecho impropio, por más que las pruebas presentadas por la fiscalía y la
acusación popular decían lo contrario.
En la Comunidad de Valencia se producen milagros
como el del pícaro Calatrava, arquitecto de fama internacional, que cobro quince
millones de euros por el diseño de unos edificios que nunca se hicieron, o al
que los números se le multiplicaron como los panes y los peces del evangelio,
porque su Ciudad de las Artes y las Ciencias costo setecientos millones de
euros por encima de lo presupuestado. Seguro que por eso visitó Valencia el
Santo Padre, para bendecir los milagros urbanísticos de esa Comunidad que ha
pasado de ser la California Europea “al sueño de Californication” como cantaba Red
Hot Chili Peppers. Pero no hablemos de fornicación, porque es pecado mortal. Al
que seguramente no condenará la Iglesia es al Pícaro Fabra, ex Presidente de la
Diputación de Castellón, que con ciento cincuenta millones de euros públicos
construyó “el aeropuerto del abuelito”, un aeropuerto que todavía no ha
recibido ningún avión. Valencia es el paraíso del pícaro, en varios años se
gastaron en obras a mayor gloria del líder y del partido único la friolera de
dos mil quinientos millones de euros y ahora pasan frío en los colegios
públicos y no hay camas hospitalarias.
Y la imagen del Ex Ministro de Fomento, José Blanco, citándose en una gasolinera con un empresario nada recomendable. Escena muy cinematográfica, el coche de cristales tintados, un área de servicio en la A6, los guardaespaldas, los coches de apoyo y la reunión dentro del coche, según dicen con el chofer y un escolta dentro. Me recuerda al “El Padrino”, solo faltaba saber quien dijo aquello de “Le haré una oferta que no podrá rechazar”. Si hubo dinero por medio no es importante.
Pero pícaros hay en todo el territorio nacional, Esperanza Aguirre llego al Gobierno de la Comunidad de Madrid con una obra maestra de la picaresca nacional, José María Aznar se aupó a la presidencia de Castilla y León y de ahí a poner los zapatos encima de la mesa de Bush por una jugada magistral, que se lo pregunten si no al olvidado xx Presidente socialista de Castilla y León, Demetrio Madrid.
En fin, no hay Comunidad en donde un alcalde no
haya hecho por ejemplo un Auditorio en su Municipio con mas cabida que
habitantes tiene el pueblo, o un palacio de deportes, cuando el único deporte
que practican los jubilados son el domino o la brisca, claro que ahora tampoco
lo pueden intentar, porque lo han tenido que cerrar, no hay dinero para el
mantenimiento.
Y el Duque de los Pícaros o el Pícaro del Duque, el
yerno ideal, que conquisto a la Infanta en unas olimpiadas al mismo tiempo que
la medalla de bronce, tan alto, tan guapo, tan cachas, tan rubio, pues nada, ni
con esas, con una ONG de incapacitados, contactó como el macho alfa con el
resto de la manada que estaban entre Palma y Valencia y todavía le dio tiempo
de dar caza al antílope. ¡Que tío!
Cuando algún familiar o amigo, que vive en una de esas
ciudades donde los asesinatos diarios se cuentan por decenas, me cuenta esas circunstancias, siempre les
pregunto cómo pueden vivir así, y ellos te responden que han vivido toda su
vida con ello, que están acostumbrados. Ese es el problema de
España, que nos acostumbremos a esta neo-picaresca, y que dentro de unos años
las noticias de corrupción ya no sean titulares periodísticos, no porque haya
desaparecido de nuestra vida, si no que nos hemos acostumbrado a vivir con
ella.
¿Acabaremos viviendo como en el Siglo de Oro?. En el Pupilaje del Licenciado Cabra el Buscón Don Pablos
relata una comida: “Comieron una comida eterna, sin principio ni fin. Trujeron
caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una de ellas
peligrara Narciso más que en la fuente. Noté con la ansia que los macilentos
dedos se echaban a nado tras un garbanzo huérfano y solo que estaba en el suelo”
y eso que era la España del Imperio.
Los Oficios del Pícaro Lucas Trapaza
De la Serie "Los Pícaros" de Fernando Fernan Gómez
Desde los Tercios de Flandes, 26 de febrero del Año del Señor de 2012. I Año Mariano.
¡No dejáis títere con cabeza! pero ellos bien merecerlo, por meter mano en la bolsa, ¡ay pardiez démosles no sosiego!. Esperemos que siempre tengan desertores que les delaten porque de otro modo no nos enteramos. En todo caso, cuando hayan privatizado todo, a ver qué excusa se inventan para pedir impuestos... sin impuestos no hay corrupción porque los que quieren poder no tendrán con que pagar a los corruptos vividores de lo público.
ResponderEliminarComo decía Don Quijote "Adonde interviene el favor y las dádivas, se allanan los riscos y se deshacen las dificultades". Y Mariano José de Larra escribió: "El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer", mezcla estas dos frases y tendremos la imagen de la España actual y futura. Gracias por el comentario, muy acertado.
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