Luis Montero, Juan Mañas y Luis Cobo |
Yo
he quedado marcado para toda la vida…El Crimen de Cuenca es un tema que queda
en pañales al producirse este caso, ... Aquél no fue un crimen en el sentido de
que a nadie se mató. Existió, por error, el crimen judicial. Pero, después del
caso Almería, el de Cuenca no tiene vigencia.” Darío Fernández
Álvarez, abogado de la acusación particular del Caso Almería.
En 1983 el GAL secuestró, a Lasa y Zabala en Bayona (Francia), fueron transportados al Cuartel de la Guardia Civil de Itxaurrondo, y por orden del General Galindo, posteriormente torturados cruelmente en el Palacio de la cumbre de San Sebastián, desde donde se les llevó a Busot (Alicante) para ser asesinados y enterrados en cal viva.
Mayo de 1981. Preside el Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, Juan José Rosón era ministro del
Interior, Alberto Oliart de Defensa y Francisco Fernández Ordóñez de Justicia.
El Director General de la Guardia Civil era el teniente general Aramburu Topete
y el futuro teniente general, Andrés Casinello, era el Jefe del Servicio de
Información de la Guardia Civil (Segunda Sección del Estado Mayor) cargo que
poco después compartiría con la subdirección del Mando Unificado para la Lucha
Contraterrorista cuyo Jefe era el comisario Manuel Ballesteros, tristemente
conocido por los antifranquistas valencianos en donde estuvo al mando de la
temida Brigada Político Social (BPS).
No habían pasado ni
tres meses de la intentona golpista del 23F y ETA ya había cometido varios
atentados con el resultado de 12 muertos y numerosos heridos. Al final de ese
año el número de víctimas mortales ascenderían a 32. El día 4 de mayo el GRAPO
asesinaba en Madrid al general González de Suso y en Barcelona al cabo de la
Policía Nacional Ignacio García, tres días después, el jueves 7 de mayo, dos
motoristas colocan una bomba sobre el techo del coche oficial del Jefe del
Cuarto Militar de la Casa del Rey, teniente general Joaquín Valenzuela,
produciéndole heridas graves y causando la muerte de su ayudante, teniente
coronel Guillermo Tevar Saco, del suboficial de escolta Antonio Nogueira García
y del soldado conductor Carlos Rodríguez Taboada, dejando una veintena de heridos
entre los peatones. Las Fuerzas de Seguridad se ponen en alerta y ordenan el
cierre de puertos y fronteras y el control de los aeropuertos y estaciones de
ferrocarril.
El Ministerio del
Interior atribuye el atentado a ETA y las fotos de los etarras son publicadas
al día siguiente en todos los periódicos, según el Ministerio son los liberados
de la organización y miembros del Comando Madrid: José María Bereciartúa
Echarri, alias «Chema», José León Mazusta Astibia, alias «Resku» y Miguel Ángel
Goyenechea Fradúa, “Astilla” o “Txo”. Curiosamente el 29 de enero de 1992 fue
condenado por este atentado el etarra Henri Parot, según la sentencia era el
copiloto de la moto que puso la bomba encima del coche del teniente general
Valenzuela.
Mazusta, Bereciartúa y Goyenechea Fradúa miembros del Comando Madrid de ETA Militar. |
El
mismo día del atentado Luis Montero
García, 33 años, natural de Fuentes de San Esteban (Salamanca), empleado de
FIVESA y militante del PCE y CCOO, Luis
Cobo Mier, 29 años, natural de Santander, empleado de ACERIASA y Juan Mañas Morales, 24 años, natural de
Pechina (Almería) y empleado de FEVE, residentes en Santander, inician en un
“Seat 127” un viaje de casi 1.000 km hacia Pechina (Almería) para acudir a la
primera comunión del hermano de Juan, Francisco Javier.
La noche del día 7 de
mayo duermen en un piso de un amigo en Madrid, al día siguiente continúan viaje
hacia Almería y a la altura de El Provencio (Ciudad Real) el coche se estropea
y no hay forma de repararlo con tiempo de llegar a su destino, el mismo
mecánico les acerca a Alcázar de San Juan para trasladarse en tren a Manzanares
con el fin de alquilar un coche. Ya en Manzanares alquilan un “Ford Fiesta” de
color verde, matrícula CR-1625-D, y continúan el viaje llegando a casa de Juan
Mañas en Pechina a las 2 de la madrugada del sábado 9 donde pasan la noche.
El sábado por la mañana
un joven de Alcázar de San Juan ve en un periódico las fotos de los etarras a
los que Policía achaca el atentado de Madrid y cree identificar a los tres
jóvenes que el día anterior con unas bolsas estuvieron haciendo preguntas en la
Estación de Ferrocarril y se lo comenta a unos taxistas, uno de ellos, ex
somatén, lo acompaña al Cuartel de la Guardia Civil a presentar la denuncia. Se pone en marcha el dispositivo
antiterrorista y la policía averigua, en la agencia de alquiler de automóviles en
Manzanares, el coche en el que viajan, que el contrato de alquiler está a
nombre de Luis Cobo Mier y que se dirigen a Almería.
A primera hora de la
tarde en la Comandancia de la Guardia Civil de Almería se recibe un radio con
la orden de localizar a tres individuos que podían ser los terroristas de ETA
que habían atentado contra el teniente general Valenzuela, y que supuestamente se
dirigían a Almería en un coche “Ford Fiesta” de color verde, matrícula
CR-1625-D, alquilado en Manzanares a la empresa Dian.
El comandante, teniente
coronel Carlos Castillo Quero, se pone al frente de las operaciones. Funcionarios
del Cuerpo Superior de Policía mientras tanto recaban información en Santander
entre los familiares de Luis Cobo Mier que les informan de que hay una
confusión.
Ajenos a todo Juan
Mañas lleva a sus amigos a visitar Almería y vuelven a casa a comer, después de
ayudar en la preparación de la cochera, en donde se celebraría la 1ª Comunión, deciden
dirigirse a Roquetas de Mar para dar una vuelta, tomar algo y hacer unas
compras. Dejan el coche en la avenida
principal y entran en una zona comercial, a eso de las 9 de la noche cuando
están en un comercio son detenidos a punta de pistola y conducidos a la
Comandancia de la Guardia Civil.
A las seis de la mañana
del día 10 de mayo en casa de los Mañas, Francisco Javier nervioso por la 1ª
Comunión, se despierta y comprueba que su hermano y sus amigos no han llegado y
avisa a su madre. Comienzan a alarmarse y realizan algunas llamadas a
Hospitales, Policía y Guardia Civil sin ningún resultado.
A las siete menos
cuarto del domingo día 10 de mayo, todavía de noche y comenzando a amanecer,
cinco pescadores pertenecientes al club almeriense de pesca “El Palmeral”, se
dirigen por la carretera comarcal C-326 a un campeonato de pesca que se
celebraba en la localidad granadina de Zújar. Cuando están en el término
municipal de Gérgal observan a lo lejos llamas y humo, un kilómetro después (Km
8,400) comprueban que es un coche el que arde al fondo de un terraplén a unos
tres metros de la carretera. Observan a varias personas de paisano que
contemplan el incendio, cuando detienen el coche se les acerca uno de ellos que
se identifica como miembro de la Brigadilla de la Guardia Civil (guardias de
paisano). Juan López Almecija que conducía el coche declara que les ofreció “el extintor que llevaba en mi coche por si
podía serles útil para apagar el incendio. Él contestó que no hacía falta porque ya habían sido evacuados los
heridos y pidió que me marcharan. Insistí en el ofrecimiento y volvió a
exigir que nos fuéramos”.
El Padre y los hermanos
de Juan Mañas salieron en su busca, visitaron hospitales, la Comisaría de
Policía y el Cuartel de la Guardia Civil varias veces sin ningún resultado, su
madre, María Morales, se queda en casa, una hermana acompaña a Francisco Javier
a hacer la 1ª Comunión.
A las 12 de la mañana
un portavoz de la Dirección General de la Guardia Civil hace una breve
declaración: “En la mañana de hoy en la provincia de Almería fuerzas de la guardia
Civil hicieron frente a tres hombres armados que resultaron muertos”.
A las 6 de la tarde el
Ministerio del Interior proporciona la siguiente nota oficial:
“El
pasado día 8 fueron vistos y denunciados en la provincia de Ciudad Real tres
individuos que infundieron sospechas por su parecido con los terroristas que
intervinieron en uno de los últimos atentados de Madrid, cuyas fotografías han
sido difundidas por la prensa.
Los
sospechosos alquilaron un “Ford Fiesta” matrícula CR 1625-D, color verde, con
el que partieron en dirección desconocida.
Alertadas
las comandancias de la Guardia Civil y de Tráfico, fue localizado a las 21’30
horas de ayer el citado vehículo en la provincia de Almería, en un lugar
próximo a Roquetas de Mar, donde fueron detenidos los tres ocupantes del citado
vehículo, en cuyo interior se
encontraron dos pistolas.
Hechas las oportunas comprobaciones, se
descartó la posibilidad de que se tratase de los terroristas buscados.
No
obstante, ante sus confusas y contradictorias declaraciones y comoquiera que
uno de ellos carecía totalmente de documentación, había serias dudas sobre la
autenticidad de la que portaban los otros dos y se les hubieran ocupado armas, al haber manifestado que habían pasado
la noche en la zona de Gergal, sin precisar sitio, se decidió su
traslado a dicha zona con objeto de continuar las averiguaciones.
La
conducción se efectuó con vehículo de la Guardia Civil en cabeza, seguido del
“Ford Fiesta” conducido por un guardia civil acompañado de otro número, y los tres detenidos en la parte
posterior del vehículo, marchando a continuación otro coche de la
Guardia Civil.
A la
altura del kilómetro 8 de la carretera C - 326, los detenidos se abalanzaron sobre los guardias, produciéndose un
forcejeo y quedándose el vehículo sin control, del que se arrojaron los dos
Guardias civiles.
Ante tal
situación, los ocupantes de uno de
los coches de escolta hicieron fuego sobre el “Ford Fiesta”, que se salió de la
carretera, cayendo por un terraplén e incendiándose inmediatamente, resultando
muertos los tres detenidos.
Los
guardias civiles ocupantes de este coche sufrieron heridas de pronóstico
reservado y leve, respectivamente:
Se está
procediendo a la identificación de los citados individuos, cuyas edades
aparentan ser de unos 30 años.”
La familia de Juan
Mañas sigue insistiendo en la Comandancia y en el Cuartel de la Guardia Civil y
reciben la misma respuesta, allí no tenían constancia de su detención, la
última vez que preguntan un guardia malhumorado les responde que si se pensaban
"que nos los hemos comido con patatas". Ellos tenían ya la sospecha y casi la certeza
de que los tres jóvenes fallecidos, de los que ya hablan en los informativos de
radio y televisión, eran Juan y sus amigos. Pero el Ministerio del Interior no
facilitaba la identidad de las víctimas y los Mañas llaman a Santander y se
enteran que el sábado por la noche habían llamado al domicilio de Luis Cobo
desde Almería, preguntando por su aspecto físico, si tenía barba, bigote, etc.,
también les visitaron otros agentes interesándose por la posibilidad de que
fuera de ETA.
El lunes, pasadas las
tres de la tarde, tres guardias civiles
de paisano del Cuartel de Viator llegan a casa de Juan Mañas y les comunican
a la familia, oficialmente y por escrito, su fallecimiento. Se les da un plazo
de 48 horas para el reconocimiento del cadáver. La familia acude al juzgado en
donde se instruyen las diligencias y les muestran el carnet de identidad de
Juan, las ropas, y tres cadenas, una de ellas quemada para que las
identifiquen. Les presionan para que se lleven el féretro con la condición de
no abrirlo. A las ocho de la tarde trasladan el cadáver a Pechina, en la misma
cochera en donde iban a celebrar la 1ª Comunión, instalan el velatorio.
Mientras tanto Faustino
Montero, hermano de Luis Montero, llega a Almería y se pone en contacto con el
abogado penalista almeriense Darío Fernández Álvarez que le acompaña al Juzgado
a recibir la comunicación del fallecimiento de su hermano y Luis Cobo. Después
acuden al depósito del Hospital Psiquiátrico de Almería, en donde están los
cuerpos y les fue realizada la autopsia. No sin numerosas trabas pueden acceder
a verlos, Faustino se encuentra el cuerpo de su hermano sin piernas y sin
brazos, agujereado en varios lugares del tronco y el rostro.
El 12 de mayo por la
tarde son enterrados en Pechina los restos mortales de Juan Mañas. Tanto el
velatorio como el entierro son una manifestación de indignación, según la crónica
de Pedro Manuel de La Cruz para El País alguien grita: “¿Dónde están los que cantan el Cara al sol y dicen ¡Arriba España!?”
la madre de Juan en un momento determinado se levanta y dice: “Esto es un crimen, son fascistas y
criminales los que han matado a mi hijo, un obrero trabajador bueno y honrado”,
hay gritos contra la Guardia Civil y el Gobierno.
Entierro de Juan Mañas en Pechina
Los cadáveres de Luis
Cobo y Luis Montero serán trasladados por vía aérea a Santander en donde el
jueves 14 son enterrados, en los entierros se escuchan gritos de “policía asesina” o “libertad y justicia”, según cuenta la prensa cuando parte de los
asistentes mandaba callar otros contestaban: “Que callen las pistolas”. La madre de Luis Cobo hizo estas
declaraciones: “Yo me moriré sin perdonar
a quien los ha difamado. Ellos han muerto por un error, pero después han
difamado su nombre; les han acusado de bandidos, de delincuentes vulgares. Y
eso no lo puedo perdonar. Me moriré con esa creencia y que Dios me perdone
porque soy católica, pero eso no se lo perdono a nadie, aunque me condene”.
Tras el entierro las familias comunican que han nombrado acusador particular al letrado
Darío Fernández Álvarez. Este declara
que a su juicio los jóvenes eran ya cadáveres antes de ser carbonizados, y que los
cuerpos podrían presentar impactos de bala con trayectorias muy extrañas. Uno
de los muertos no tenía brazos ni piernas considerándose improbable que el
fuego hiciera desaparecer totalmente estos miembros, por lo que posiblemente
habría que realizar una exhumación para realizar nuevas diligencias. Que
tuvieron muchas dificultades para hacerse con el informe del forense al que
pudieron acceder con la amenaza de no hacerse cargo de los cuerpos. Que
alrededor del coche incendiado en donde estaban los cuerpos, se habían
encontrado numerosos casquillos y que de las dos pistolas que, según la Guardia
Civil, se habían encontrado en el coche en el momento de la detención nunca más
se supo.
¿Qué había pasado entre la detención, el
sábado por la noche, y la madrugada del domingo en que apareció el coche con
los tres cuerpos calcinados y esposados?.
Al día siguiente
comparece desde Granada en rueda de prensa, el ministro del interior Juan José
Rosón. Sobre este caso dice lo siguiente:
“En relación con los sucesos ocurridos en Almería en el pasado día 10 y
con independencia de las actuación judiciales que se están llevando a cabo, así
como con el expediente gubernativo iniciado, lo que sí puedo afirmar,
aparentemente, es que estamos ante un trágico error, un trágico error que había
que enmarcar en un ambiente de tensión y en una serie de informaciones erróneas
pero que habían sido contrastadas por distintas personas, el hallazgo de armas
en el vehículo de los detenidos reforzó las sospechas y se confundieron con
terroristas lo que los que no eran más que delincuentes comunes. Solo me queda
añadir que, de acuerdo con la información de la que dispongo, queda totalmente
descartado que se hayan empleado malos tratos”
En declaraciones a
Europa Press, Faustino Montero, hermano de Luis Montero, pide explicaciones a
Interior sobre “las horas que estuvieron
detenidos en el cuartel de la Guardia Civil Luis Montero, Luis Cobo y Juan
Mañas” y que “También tendrán que
explicar por qué cinco horas antes de
detenerlos, la Guardia Civil estuvo pidiendo informes personales a la
familia de Luis Cobo y si los telex de
la Guardia Civil iban al Mando Unificado Antiterrorista, ya que hay muchos
puntos oscuros”.
Las filtraciones que
procedían de los cuerpos de seguridad pasaron de considerar a los tres
asesinados como terroristas a delincuentes comunes o miembros de un comando de
apoyo a la organización armada, incluso se llegó a hacer correr por Almería que
la familia de Juan Mañas habría comprado con fondos de la banda el humilde piso
en donde vivían en Pechina y todavía hipotecado.
A pesar de que los
medios más cercanos al Gobierno se limitaban a informar siguiendo los
comunicados oficiales y publicando las filtraciones interesadas de la Guardia
Civil, con el fin de dejar a salvo el buen nombre del cuerpo, otros muchos
empezaban a plantearse serias dudas sobre la versión oficial. Fue muy
importante el trabajo realizado por algunos periodistas, muchos de los cuales
llegaron a ser profesionales punteros en muchos medios nacionales.
Mención especial para
el periodista, escritor y profesor de la Facultad de Ciencias de la Información
de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramos Espejo, que siguió directamente el
caso y antes de la celebración del juicio publicó “El Caso Almería: Mil
Kilómetros al sur”. Ed. Argos Vergara, Barcelona abril de 1982 y ya más tarde “El Caso Almería, abierto para
la Historia”. Centro Andaluz del Libro, Sevilla octubre de 2011. Es triste
reconocer que de un caso tan grave de violencia, con resultado de muerte,
ejercida por miembros de un cuerpo de seguridad del estado, apenas dos libros
den cuenta de él. Quizá porqué ninguno de los tres asesinados, unos
trabajadores normales, tenían detrás un grupo político o social que los
recuerde.
El mismo día del
entierro de Santander, en el Congreso de los Diputados, el Grupo Parlamentario
Comunista pidió en la Junta de Portavoces que se tramitara con urgencia un
debate parlamentario en el Pleno sobre el caso, cuestión que fue rechazada por
el representante del Gobierno y por los grupos parlamentarios Centrista y
Coalición Democrática, cuyos portavoces eran Gabriel Cisneros y Manuel
Fraga.
En esos días también
comenzaron las presiones y las llamadas telefónicas al abogado Darío Fernández
amenazándole para que dejara el caso, amenazas y presiones que durarían hasta
que se celebró el juicio; “si no me
matan, llegaré hasta el final en este asunto”, comentó a la prensa. Así
sería, con la tenacidad de este letrado se consiguió procesar y condenar a tres
guardia civiles.
El 15 de mayo la Sala
de Gobierno de la Audiencia Provincial de Almería nombra como juez especial en
la instrucción del sumario al magistrado Ángel Tortosa Pozuelo y este nada más
tomar posesión llama a declarar a los once guardia civiles de la Comandancia de
Almería que formaban parte del convoy .
El lunes 18 de mayo se
filtra a la prensa (citan fuentes o medios próximos a la Guardia Civil) que
los fallecidos podían ser miembros de un comando operativo de apoyo de la
organización terrorista ETA y que uno de los autores del atentado contra el
teniente general Valenzuela pudo haber sido el que había alquilado el coche
Ford Fiesta con el documento de identidad de Luis Cobo. Que el traslado de los tres jóvenes a Almería
podría tener como objeto dirigir la atención de las Fuerzas del Orden hacía el
sur de España para que los etarras pudieran huir sin tanta presión policial.
Ese mismo día el Juez
especial comienza a tomar declaración a los once guardias que había citado y
que habían participado en el convoy que trasladaba a los tres detenidos. Según
la versión oficial tres viajaban en un primer coche, dos en el Ford Fiesta con
los tres detenidos, tres en el coche que los seguía y otros tres en el último
vehículo.
El 21 de mayo comparece
el ministro Juan José Rosón en la Comisión de Justicia e Interior del Congreso
después de comparecer en el Senado en una Sesión Informativa en el que en
apenas veinte minutos despachó las preguntas de los senadores de los grupos
socialista y comunista.
Ante las preguntas del
senador socialista por Almería, Eloy López Miralles, el ministro Rosón contesta
entre otras:
“En torno a los planteamientos que se señalan a propósito de este
desgraciado suceso de Almería, yo tengo que decir, número uno, que parte de las
preguntas que se me formulan corresponden al sumario judicial, porque
evidentemente las posibles mutilaciones tendrán que ser analizadas por el
Forense y, como sabe muy bien el señor Senador, los informes forenses son para
el Juez, no tiene acceso a ellos la Policía.
Según
consta en la información gubernativa, las pistolas, había dos pistolas en el
vehículo: la hora en la que se inició el traslado fue la de las cinco de la
mañana.
Sobre las
fotografías, si la policía de Almería tiene fotografías, me imagino que estarán
entregadas al Poder Judicial, porque ya esto es un conjunto de diligencias que
corresponde al Poder Judicial, ya no es a la autoridad gubernativa.
En torno
a la asistencia de viajeros, efectivamente parece que un grupo de personas se
acercó, según la información, más tarde, cuando el incendio prácticamente
estaba liquidado, se acercó y conversó con la Guardia Civil que allí ya asistía
por si era necesario utilizar, y les explicaron -son las noticias de que
dispongo- que ya aquello estaba acabado y que lo que estaban era esperando
porque había la hipótesis de que explotara el motor, el depósito de gasolina.
Efectivamente,
el Teniente Coronel de Almería está en baja por enfermedad desde el día
10; estará de baja el tiempo que precise, desde ese día ha asumido la
comandancia el Comandante.
(…)
En torno
a la circunstancia de si disponía o no disponía de una dentadura postiza,
insisto, éstos son temas que tienen que quedar reservados a la responsabilidad
de la autoridad judicial. Entiendan que éste es un tema donde, a mi modo de
ver, seriamente se está llevando por la autoridad judicial, que desde el primer
momento está presente la Fiscalía en las actuaciones, y parece lo pertinente
que todos estos datos, que a mi modo de ver pueden operar ya a disposición de
la autoridad judicial, que sean los datos que deba valorar la autoridad
judicial a los efectos oportunos. Diario de Sesiones del Senado. I Legislatura.
Sesión informativa celebrada con el ministro del interior Don Juan José Rosón
el día 21 de mayo de 1981 ante la Comisión de Justicia e Interior”.
La comparecencia ese
mismo día del ministro Rosón en el Congreso, mucho más extensa que en el
Senado, es la supuesta versión oficial cuyas fuentes son la Dirección General
de la Guardia Civil, un cúmulo de medias verdades y directamente mentiras que
intentan salvar a unos guardias indignos para intentar salvar al Cuerpo para
acabar dañando a los dos.
Las dudas iban en
aumento diez días después de la muerte de los tres amigos, solo los más
recalcitrantes se creían la versión oficial dada por el ministro del interior.
Los puntos débiles de la versión oficial eran muchos. El 6 de junio el Estado
se persona en el Sumario.
El 25 de junio la
Audiencia Provincial de Almería dicta auto de procesamiento contra tres guardia
civiles, el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de
Almería, Carlos Castillo Quero, el teniente ayudante, Manuel Torres Gómez, y el
guardia conductor, Manuel Fernández Llamas, quedando fuera los otros 8
componentes de la caravana de la muerte, se avecinaba una componenda con la
entrega de la cabeza de estos tres. Los tres procesados permanecen en arresto
en el acuartelamiento.
El 16 de julio se
ordena la exhumación de los tres cadáveres. En el cadáver mutilado de Juan
Mañas, en avanzado estado de descomposición, se encontraron cinco balas incrustadas en el corazón y en
los pulmones, en el de Luis Cobo se encuentran cuatro y en el de Luis Montero
cinco.
Coincidiendo con el
procesamiento y la exhumación de los cadáveres comienzan a filtrarse informaciones
con el fin de intoxicar a la opinión pública, tales como que en la zona de
Almería se había detectado presencia de terroristas etarras antes del atentado
al teniente general Valenzuela y que disponían de tres pisos francos en la zona
y la aparición de una agenda con teléfonos de dirigentes de ETA que había sido
encontrada por el dueño de un restaurante de Mojácar que se la habría entregado
al Juez. Estas informaciones fueron desmentidas por el mando antiterrorista.
En 1984 el TS confirma la
sentencia de 24 años de cárcel para el Teniente Coronel Castillo Quero, 15 para
el Teniente Gómez Torres y 12 para el guardia Fernández Llamas, que hasta que
fue confirmada la sentencia y expulsados del cuerpo cumplieron en centro
militares y cobraron el retiro de los Fondos Reservados del Ministerio del
Interior. A día de hoy hay 8 guardias que intervinieron en los hechos y que no
fueron juzgados, ni tampoco la sentencia aclaró definitivamente como habían
muerto los jóvenes, ni las torturas que recibieron.
Nunca el Estado Español reconoció
a las tres víctimas del terrorismo, quizás porque serían víctimas del
terrorismo de Estado.
Aconsejo ver; "El Caso Almería",
dirigida por Pedro Costa (1983), interpretada por Agustín González, Fernando
Guillén, Manuel Alexandre, Iñaki Miramón, Juan Echanove y Antonio Banderas,
entre otros.
Y la lectura de "El caso Almería: Mil
Kilómetros al sur" de Antonio Ramos Espejo, Ediciones Argos, Barcelona,
abril de 1982.
y el asesinato de don mariano loriente chinchilla....¿no fue otro acto de terrorismo?
ResponderEliminarDarío Fernández Alvarez, de origen gallego.....¿Todo lo contrario que el josé bouzas del caso lasa y zabala?
ResponderEliminarFatal instrucción del caso lasa y zabala por parte del "veraneante en bueu" carlos bueren roncero; quería darle carpetazo como jose bruno otero deus......
ResponderEliminarjubilacion anticipada de maria concepcion escudero rodal
ResponderEliminarjosé bruno otero deus y carlos bueren roncero quisieron tapar el caso lasa y zabala
ResponderEliminarjubilacion anticipada de florentino delgado ayuso
ResponderEliminarmaria concepcion escudero rodal...¿acabó como florentino delgado ayuso?
ResponderEliminarpaula gonzalez salgado....¿vas a acabar como maria concepcion escudero rodal y como florentino delgado ayuso?
ResponderEliminarel secretario corrupto del tribunal supremo tomas yubero martinez implicó a ana maria ferrer en el encarcelamiento ilegal del juez don fernando presencia crespo. Ferrer aparece así como ponente de una providencia que no quiso firmar porque era ilegal
ResponderEliminar