Casi las 19 horas día 23 de febrero de 1981,
entraba en el puerto de Alicante con el capitán de un barco de fruta con el que había ido a comer un buen "arros a banda" seguido de una buena sobremesa, esa tarde no se trabajaba, la Aduana no había dado el permiso. Al pasar la verja un sargento de
la Guardia Civil saludándonos nos llama aparte y nos informa que gente del
cuerpo ha entrado en el Congreso para protegerlo de una atentado terrorista. Lo
están dando en la radio. Corrimos a mi coche, y pusimos la radio, lo que
pudimos oír no sonaba a atentado terrorista, sonaba mas a Golpe de Estado, y más
cuando se acerca mi amigo Eduardo, y nos dice que era un Teniente Coronel de la
Guardia Civil con bigote, Tejero dije, él pensaba lo mismo. Eduardo y yo
devorábamos la información nacional, y habíamos leído bastante
de la famosa Operación Galaxia en la que se detuvo a mandos militares.
Después de la muerte de Franco uno de los poderes
fácticos que se opusieron más firmemente al cambio fue el Ejercito Franquista
junto con los grupos de extrema derecha y los nostálgicos del régimen dictatorial. Nunca el nuevo régimen "democrático" pidió explicaciones, ni se
depuraron responsabilidades, es más, se cubrió falsamente la transición con un manto de
rosas en el que los colaboradores de la dictadura y los demócratas aparentaron
convivir en paz y se permitió a los políticos de la derecha no condenar el fascismo y el franquismo hasta el día de hoy como si eso no fuera importante. Pero la realidad fue más dura, nunca, ni políticos, ni jueces, ni
militares ni las fuerzas de seguridad, que colaboraron de una u otra forma con la represión
franquista, represión que duró hasta mucho después de su muerte, pidieron perdón ni
pagaron por sus crímenes apoyándose en la amnistía, dictada en principio para poder sacar
de la cárcel a los represaliados por la dictadura, pero que a la larga les beneficiaron en
mayor medida a ellos, esa amnistía es ahora considerada una "ley de punto final" que dificulta el castigo y la investigación de los crímenes de la dictadura.
El Ejercito Español, sobre todo miembros muy
significados de ellos, empezaron, desde casi el día siguiente al entierro de Franco, a presionar al Rey y después también a
Suárez hasta el punto de pedirle al monarca varias veces su cabeza. Uno de los ejemplos es la legalización del Partido Comunista en abril de 1977. Se produjeron entonces lo que en aquellos tiempos se dió en llamar "ruido de sables en los cuarteles", dimitió el Ministro de Marina, Almirante Gabriel Pita da Veiga (había sido nombrado ministro de Marina por Franco a propuesta de Carrero Blanco) y el Consejo
Superior del Ejercito emitió una nota de queja.
El capitán de navío Camilo Menéndez Vives, en enero
de 1977 tuvo un incidente, en un funeral por unos Policías asesinados por ETA, con
el Ministro del Ejercito Gutiérrez Mellado, por el que fue expedientado y destituido
de su cargo de subdirector de la Escuela de Guerra Naval, en 1979 fue arrestado
por quince días por un artículo publicado en el diario El Alcázar, en
1979.
Con la operación Galaxia se pretendía asaltar
el palacio de la Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, el 17 de
Noviembre de 1978 y tomar como rehén al presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y
solicitar al Rey, en ese momento en visita oficial a México, la formación de un
gobierno de salvación nacional. Para realizar esta operación se contaba con dos
compañías de la Guardia Civil que saldrían de la base de la madrileña calle de Guzmán
el Bueno. El 11 de noviembre de 1978 se reunieron en la Cafetería
Galaxia de Madrid, de ahí viene el nombre de la operación, para ultimar los
detalles, y parece que alguno de los oficiales que asistió dio parte a sus
superiores, se cree que uno de los informadores fue el Comandante Andrés
Casinello, agregado a la Guardia Civil.
Se cree que más de doscientos militares, entre Jefes y
Oficiales de todos los cuerpos, estaban advertidos, contactados o informados, y
a pesar de que había gente que hablaba de la Operación Galaxia como la maniobra
de “cuatro locos”, lo que vino después y los entramados civiles y militares que
en aquella época querían derogar el Gobierno de Adolfo Suárez demuestran que estaban implicadas personas de más alta relevancia que el Teniente Coronel Tejero y el Capitán Ricardo Sáez Ynestrillas. De hecho en días posteriores a las detenciones los
acuartelamientos del Ejercito en Madrid reforzaron sus medidas de seguridad, al
igual que el Palacio de La Moncloa y Zarzuela.
El 8 de Mayo de 1980 Tejero e Ynestrillas, después
de estar confinados en Alcalá de Henares, fueron juzgados por proposición y conspiración
para la rebelión, en Consejo de Guerra, adujeron que “era una discusión teórica
de cómo dar un golpe de estado” y a pesar de que el Fiscal pidió para Tejero 6
años de prisión y 5 para Ynestrillas solo fueron condenados a siete meses y un
día y a seis meses y un día respectivamente, sin perder su rango. El Teniente
General Manuel Quintana Lacacci, en ese momento Capitán General de Madrid,
presento un disentimiento de la sentencia del Consejo de Guerra pero obtuvo la
oposición de los defensores y del fiscal.
Esa misma justicia militar que 5 años antes había
condenado a muerte, en un juicio pantomima, a tres militantes del FRAP y dos de
ETA, que fueron fusilados. Y la misma que en Consejo de Guerra de 7 y 8 de
julio de 1976, condeno a penas entre 8 años y dos años y seis meses a un
comandante y nueve capitanes españoles por formar parte de la UMD, (Unión
Militar Democrática), constituida en 1974 por 12 jefes y oficiales y que en sus
estatutos fundacionales manifestaban "el completo divorcio existente entre la España real y el sistema
totalitario que la gobierna, preocupado únicamente de su permanencia, hacen
jugar a las Fuerzas Armadas el papel de guardián de los intereses del actual
régimen y no del pueblo español", siete de los acusados fueron apartados
de la FFAA.
Solo hacía unos meses que habíamos visto en Cambio
16 las fotos de Tejero e Ynestrillas y ya el Teniente Coronel de los bigotes
estaba en otra, la ironía de mi amigo Eduardo le hizo pronunciar una frase que
nunca olvidaré “debía todavía algo a la Patria, por eso lo soltaron”.
El Teniente Coronel Antonio Tejero, no debería ser
un desconocido para los servicios de inteligencia, el CESID. Fue relevado del
puesto de Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Guipúzcoa, en donde se
sucedieron acciones de elementos descontrolados, que llamaban Grupos Gala, y
por protestas contra la legalización de la Ikurriña y la disolución de una
manifestación en Málaga, autorizada por el Gobierno Civil, quedó en situación
de disponible forzoso. Parece que la intervención del ex Ministro franquista
Utrera Molina, suegro del actual ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón, hizo que le destinaran de Jefe de la Agrupación de Destinos de la
Guardia Civil de Madrid.
El entonces Capitán Ynestrillas, ascendió a
Comandante y fue detenido en 1981 por planificar un golpe de Estado que iba a
darse con motivo de la Onomástica del Rey en los Jardines del Palacio Real,
usando 1.200 hombres de batallón de instrucción sacados de la Academia Especial
de la Policía Armada. Fue asesinado por ETA el 17 de junio de 1986.
En esta entrada no quería hablar exactamente del
23F y de cómo se preparó, se ejecutó y se acabo. Solo del antes y después y del
sentimiento de vergüenza que sentí como español, que gente como Tejero e
Ynestrillas pudieran seguir llevando el uniforme del las Fuerzas y Cuerpos de
la Seguridad Española después de la Operación Galaxia y como, todavía después
del intento del Golpe de Estado del 23F, todos y cada uno de los participantes
salieron bien parados, sabiendo que en la Dictadura que ellos hubieran
impuestos serían fusilados al amanecer, después de uno de los juicios
sumarísimo a los que estaban acostumbrados.
Los sentimientos de rabia, desesperación que yo
viví esa noche, el miedo absoluto cuando baje a por tabaco al coche a las 12 de
la noche y veo bajar por mi calle carros de combate con soldados en las
torretas que me dicen que me meta en casa. La preocupación por amigos y compañeros
del PSOE, PCE, ORT, sindicalistas, la separación de la familia, no teníamos a
nadie en Alicante, no la olvidaré nunca. Los trapicheos políticos posteriores,
la presión militar y de la Monarquía a los partidos políticos hizo que el
Juicio por el 23F fuera otra pantomima a la que nos tenían acostumbrados. Ya el
famoso pacto del capó, en la que la Justicia no procesaría a nadie de oficial para abajo, fue vergonzoso, posiblemente en cualquier otro país todos, desde el
guardia de menos categoría hasta el oficial de mayor grado pasarían por el
banquillo, independientemente de las responsabilidades de cada uno.
En pleno ruido de sables, con la extrema derecha campando
a sus anchas con el visto bueno de las fuerzas de seguridad, y prensa como el Alcázar
que publica el día 1 de Febrero de 1980 un artículo pro golpista del llamado
Colectivo Almendros, no se puede entender que el CESID o los servicios de información
de la Policía no tuvieran información de ningún tipo de los que se preparaba.
Parece que estos servicios de seguridad tampoco
tenían constancia de las operaciones de García Carrés, el único civil condenado
por la intentiva y que fue Presidente del Sindicato Nacional de Actividades
Diversas y procurador en Cortes, miembro de la Confederación Nacional de ex
Combatientes, con cuyo fundador, José Antonio Girón, le unía una gran amistad y presidente del Sindicato Vertical y que durante los años anteriores había
estado vinculado a diversos casos de violencia ultraderechista e incluso fue llamado
a declarar por el caso de los asesinatos de los Abogados de Atocha.
Y los “ruidos de sables”, decenas de incidentes
provocados por militares contra las autoridades civiles en los entierros de
víctimas de ETA, desdiciendo la obediencia militar, escribiendo artículos en la
famosa Fuerza Nueva o el Alcázar, la mano blanda con el ejército franquista y
los actos violentos de la ultra derecha no se veía correspondidos nada más que
con mano dura para la oposición democrática. Fueron tiempos malos, nada
parecido a esa Transición que ahora nos quieren pintar feliz y llena de flores.
La sospecha de que en el Intento de Golpe de Estado
del 23F concurrieron varias tramas se hizo patente a poco de terminar el
juicio. Es significativo que en los
medios de la derecha menos pro-golpista se hablaba de “Golpes de Timón”, incluso
Emilio Romero en el Diario ABC proponía al mismo General Armada, el militar más
cercano al Rey, como posible candidato a la Presidencia de Gobierno. El mismo Teniente
General Armada que junto con el Teniente General Milans del Bosch dijo durante
la intentona que recibían órdenes de Zarzuela.
El 22 de octubre de 1980: Enrique Múgica
(socialista y vicepresidente de la comisión de defensa del Congreso), Joan
Raventós (secretario de los socialistas catalanes) y Alfonso Armada almorzaron
en la casa del entonces alcalde de Lérida, Antoni Siurana también del PSOE, se
dice que en esa reunión Armada les propone un Gobierno de Concentración.
Tendría también los nombres de ese gobierno que seguramente no diferiría mucho
del que quería presentar a los diputados la noche del 23F:
-Presidente: general Alfonso Armada.
-Vicepresidente para Asuntos Políticos: Felipe
González (PSOE).
-Vicepresidente para Asuntos Económicos: J. M.
López de Letona (banquero).
-Ministro de Asuntos Exteriores: José María de Areilza
(Coalición Democrática).
-Ministro de Defensa: Manuel Fraga (AP).
-Ministro de Justicia: Gregorio peces Barba (PSOE).
-Ministro de Hacienda: Pío Cabanillas (UCD).
-Ministro de Interior: general Manuel Saavedra
Palmeiro.
-Ministro de Obras Públicas: José Luis Álvarez
(UCD).
-Ministro de Educación: Miguel Herrero y Rodríguez
de Miñón (UCD).
-Ministro de Trabajo: Jordi Solé Tura (PCE).
-Ministro de Industria: Agustín Rodríguez Sahagún
(UCD).
-Ministro de Comercio: Carlos Ferrer Salat (CEOE).
-Ministro de Cultura: Antonio Garrigues Walker
(abogado lobbysta).
-Ministro de Economía: Ramón Tamames (PCE).
-Ministro de Transportes. Javier Solana (PSOE)
-Ministro de Autonomías: general José Antonio Sáenz
de Santamaría.
-Ministro de Sanidad: Enrique Múgica (PSOE).
-Ministro de Información: Luis María Ansón
(director de la agencia Efe).
Francisco Medina, periodista de la Cadena Ser y
Antena 3 TV, y enviado especial internacional, escribió en su libro “23F la
verdad” :
-“El plan que me dio Alfonso Armada -continúa el general Sabino Fernández- lo que venía a decir era: dada la situación confusa que se vivía, en la que Suárez ya está un poco superado y gastado y que no se encuentra una salida, entonces, lo que conviene es hacer una gran propuesta en la que todo el mundo se involucre. Se había producido ya la moción de censura de Felipe González del mes de mayo, una moción que, como se recordará, Felipe perdió porque las matemáticas parlamentarias no permitían otro resultado, pero que le valió para demostrar que era un candidato con peso, con capacidad suficiente para presidir el gobierno. Se consideraba, sin embargo, que un Felipe que venía desde el socialismo más republicano, significaba una transición demasiado drástica, y es entonces cuando se piensa en esta salida que un constitucionalista entrega a Armada: en lugar de apoyarse una moción de censura por parte de Felipe, lo que se va a hacer es presentar esa moción de censura, pero con una propuesta de que no fuera a ocupar el gobierno el jefe de la Oposición, como debía hacerse por ley, si la moción triunfaba, sino que pasaría a establecerse un gobierno con representación de todos los partidos políticos y presidido por una persona neutral... Se hablaba de un catedrático, un historiador, o también, un general... Ésa era la propuesta”.
No cabe duda que no todo está escrito sobre el 23F,
particularmente creo que los españoles fuimos engañados de nuevo, como si fuéramos
niños y sin darnos la oportunidad de conocer la verdad de nuestra historia.
Hace unos pocos días en Der Spiegel , salieron a la luz pública un telegrama
enviado por el Embajador Alemán en España en ese año en el que comentaba que el
Rey creía que los militares conjurados “solo querían lo mismo a lo que todos
aspiramos: el restablecimiento del orden, la disciplina, la seguridad y la
calma” y le había manifestado que iba a interceder por los militares procesados
ante el Gobierno y la Justicia Militar. No sabemos si intercedió pero si
sabemos que las penas fueron muy poco severas para la gravedad de los
acontecimientos.
Además el intento fallido de golpe de estado a lo
mejor no fue tan fallido, después de este las cosas ya no volvieron a ser lo mismo. Y los partidos empezaron a
frenar sus reclamaciones.
La sentencia del Consejo de Guerra fue la
siguiente:
Miembros de las Fuerzas Armadas
1. Jaime
Milans del Bosch y Ussía. Teniente General y Capitán General de la III Región
Militar. Condenado a 30 años, indultado
en 1990.
2. Alfonso
Armada y Comyn. General de División y 2º Jefe del Estado Mayor del Ejército de
Tierra. Condenado a 6 años, ampliada a 30 por el Tribunal Supremo (TS),
indultado en 1988.
3. Luis
Torres Rojas. General de División y Gobernador Militar de La Coruña. Condenado
a 6 años, ampliada 12 por el Tribunal Supremo (TS), indultado en 1988.
4. Diego Ibáñez Inglés. Coronel de Ingenieros y
2º Jefe de Estado Mayor de la III Región Militar. Condenado a 5 años, ampliada a 10 por el TS,
muere en 1987.
5. Ricardo Pardo Zancada. Comandante de
Infantería. Condenado a 6 años, ampliada a 12 por el TS, indultado en 1989.
6. José
Ignacio San Martín López. Coronel de Artillería y Jefe de Estado Mayor de la
División Acorazada Brunete. Condenado a 6 años, ampliada a 10 por el TS,
libertad condicional en 1986.
7. Pedro Mas Oliver. Teniente Coronel de
Infantería. Condenado a 6 años.
8. Camilo Menéndez Vives. Capitán de Navío de la
Armada. Condenado a 1 año.
9. Carlos Álvarez-Arenas y Pardina. Capitán de
Infantería. 3 años de suspensión de empleo.
10. José Pascual Gálvez. Capitán de Infantería. 3
años de suspensión de empleo.
11. Francisco Dusmet García-Figueras. Capitán de
Infantería. 2 años de suspensión de empleo.
12. José Cid Fortea. Capitán de Intendencia. 2 años
de suspensión de empleo.
Miembros de la Guardia Civil
1. Antonio Tejero Molina. Teniente Coronel.
Condenado a 30 años, libertad condicional en 1996.
2. Miguel Manchado García. Coronel. Condenado
a 6 años, ampliada a 8 por el TS, indultado en 1988.
3. Vicente Gómez Iglesias. Capitán. Condenado
a 6 años.
4. Jesús Muñecas Aguilar. Capitán. Condenado a
5 años.
5. José Luis Abad Gutiérrez. Capitán.
Condenado a 5 años.
6. Enrique Bobis González. Capitán. Condenado
a 3 años.
7. Francisco Acera Martín. Capitán. Condenado
a 3 años.
8. Carlos Lázaro Corthay. Capitán. 3 años de
suspensión de empleo.
9. Juan
Pérez de la Lastra. Capitán. 3 años de suspensión de empleo.
10. César Álvarez Fernández. Teniente. Condenado a
1 año.
11. Pedro Izquierdo Sánchez. Teniente. Condenado a
1 año.
12. Vicente Ramos Rueda. Teniente. Condenado a 1
año.
13. Santiago Vecino Núñez. Teniente. Condenado a 1
año.
14. Miguel Boza Carranco. Teniente. Condenado a 1
año.
15. Jesús Alonso Hernaiz. Teniente. Condenado a 1
año.
16. José Núñez Ruano. Teniente. 1 año de suspensión
de empleo.
17. Vicente Carricondo Sánchez. Teniente. 1 año de
suspensión de empleo.
Civiles:
J Juan
García Carrés. ex dirigente de los Sindicatos Verticales franquistas. Condenado
a 2 años.
bravo, un saludo!
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