En el comando hay
expectación por saber lo que los tripulantes y los heridos desembarcados en la
isla de Santa Lucia habían declarado a las autoridades. Las escuchas
radiofónicas que se realizan informan de que son perseguidos en aguas de Las Antillas
por buques de EEUU (los destructores Wilson y Damato con base en Puerto Rico),
Inglaterra (la fragata H.M.S. Rothesay) y Holanda (la fragata Vam Astel) y que han salido vuelos de
reconocimiento en su búsqueda. Suponen que van en dirección a Cuba y la
estrategia es cerrarles el camino hacia la isla caribeña. “Mientras los estrategas maniobran seguros de su éxito, nosotros
navegamos muy tranquilos internándonos cada vez más en el inmenso océano”
escribe Soutomaior, tienen claro que mientras no emitan señales de radio va a
ser muy difícil su localización.
“Los pasajeros a bordo de un gran barco de cruceros portugués en el Caribe tomaron el mando de la nave después de un tiroteo y el lanzamiento de una granada en el que murió un oficial. Buques de guerra de Estados Unidos y Británicos intentan interceptar la embarcación” (1:01). 24 enero de 1961. Biblioteca y Museo presidencial de John F. Kennedy. Cronología del NYT .
El día 23 por la noche la BBC dió al mundo la noticia. El día 24 el Gobierno
portugués, por medio de un comunicado oficial, da a conocer que el Santa María
había sido secuestrado por un grupo de entre 70 a 100 piratas, mandados por el ex Capitán Henrique Galvão, escapado de una cárcel portuguesa, y que los miembros del grupo eran
comunistas. La información lleva ya varias horas en todos los medios de prensa
internacionales. En España es lunes y no
salen los periódicos de la mañana, solo La Hoja del Lunes de cada provincia
informa del secuestro y por la tarde la prensa vespertina. Hay que esperar al
martes 25 para poder leer la noticia en la portada de los más importantes medios
nacionales. ABC abre con a toda página con una foto del Santa María atracado
en el Puerto de Vigo y a grandes letras el titular: “Motín a bordo del Santa María” en la que se contaba que 70
individuos de distintas nacionalidades
al mando del Capitán Galvão habían tomado el buque, asesinando al tercer
piloto y amenazaban con volarlo. El órgano de prensa oficial de la Falange, "Arriba", informaba que la marina estadounidense tenía la orden de interceptar el
buque “de acuerdo con los términos de la
ley internacional referente a la piratería y a la insurrección a bordo de las
naves”. El vespertino Ya, de la
Editorial Católica, incide en el acto de piratería y habla del pirata Galvão y
pide, en aplicación de las viejas leyes del mar que según él seguían
vigentes, que “los piratas deben ser ahorcados”, sin embargo deja caer una cierta
motivación política en el secuestro.
Mientras los medios
informaban y especulaban, barcos de guerra y aviones militares salían en su
búsqueda y se producían las primeras reacciones oficiales en Portugal, EEUU,
Inglaterra y Holanda, los miembros del comando encargados de la radio estaban pendientes las 24 horas de las emisiones radiofónicas y junto con el comando muchos de los pasajeros.
Pero la vida seguía para el pasaje y parte de la tripulación. Según cuenta Victor Velo en "Santa Liberdade" la reacción inicial del pasaje y tripulantes “fue muy positiva, incluso algunos de los tripulantes se sumaron al movimiento” (en el proceso judicial celebrado en Portugal por el secuestro aparecen cinco tripulantes del barco que se habían adherido al movimiento).
En el Santa María viajaba Luis Noya Domínguez, un gallego de 29 años, que retornaba a Galicia. Luis Noya era hijo de Juan Noya Gil, Teniente de Alcalde de A Garda (Pontevedra) cuando se produjo el Golpe de Estado de 1936. Juan Noya Gil, periodista, miembro muy activo del Partido Galeguista, cofundador de la sociedad obrera local, tuvo que vivir un tiempo escondido hasta que se entregó a la Guardia Civil en Vigo para evitar ser paseado en "A Garda", como lo fueron sus dos cuñados; en 1945 sus hijos emigran a Venezuela. Su hijo Luis, muy vinculado a los republicanos gallegos en Venezuela por participar activamente en el republicano y galleguista “Lar Galego de Caracas”, cuando escuchó a Velo leyendo los comunicados del DRIL no lo dudó, era su profesor además de miembro destacado del exilio gallego en Caracas; se presentó a él y fue autorizado a grabar en el buque con su cámara de mano de 8mm, siendo el único testimonio fílmico que hay de la vida en el interior del buque durante el secuestro. Parte de sus filmaciones se pueden ver en el film documental de Margarita Ledo “Santa Liberdade”.
Pero la vida seguía para el pasaje y parte de la tripulación. Según cuenta Victor Velo en "Santa Liberdade" la reacción inicial del pasaje y tripulantes “fue muy positiva, incluso algunos de los tripulantes se sumaron al movimiento” (en el proceso judicial celebrado en Portugal por el secuestro aparecen cinco tripulantes del barco que se habían adherido al movimiento).
En el Santa María viajaba Luis Noya Domínguez, un gallego de 29 años, que retornaba a Galicia. Luis Noya era hijo de Juan Noya Gil, Teniente de Alcalde de A Garda (Pontevedra) cuando se produjo el Golpe de Estado de 1936. Juan Noya Gil, periodista, miembro muy activo del Partido Galeguista, cofundador de la sociedad obrera local, tuvo que vivir un tiempo escondido hasta que se entregó a la Guardia Civil en Vigo para evitar ser paseado en "A Garda", como lo fueron sus dos cuñados; en 1945 sus hijos emigran a Venezuela. Su hijo Luis, muy vinculado a los republicanos gallegos en Venezuela por participar activamente en el republicano y galleguista “Lar Galego de Caracas”, cuando escuchó a Velo leyendo los comunicados del DRIL no lo dudó, era su profesor además de miembro destacado del exilio gallego en Caracas; se presentó a él y fue autorizado a grabar en el buque con su cámara de mano de 8mm, siendo el único testimonio fílmico que hay de la vida en el interior del buque durante el secuestro. Parte de sus filmaciones se pueden ver en el film documental de Margarita Ledo “Santa Liberdade”.
Luis Noya a bordo del Santa María (captura de "Santa Liberdade") |
Al llegar a Canarias
en el Veracruz tuvo que esconder la pequeña cámara a fin de que no le fuera
confiscada por la policía aduanera. Quizás las grabaciones de Luis Noya sean
las primeras realizadas por un aficionado de un acto de este tipo, años
después, el 22 de noviembre de 1963, Abraham Zapruder, un norteamericano de
origen ruso, graba con una cámara Bell & Howell de 8 mm el asesinato de JFK
en Dallas, el único que registró el hecho casi en su totalidad. Luis Noya llegó
a ser muy conocido en Vigo en los círculos antifranquistas pues regentaba la conocida imprenta familiar que su padre había fundado, Gráficas Numen.
“Las actividades en el barco siguieron con toda normalidad, no cambió nada, fue una vida totalmente abierta, me permitieron filmar, sacar fotografías como si fuera uno de ellos, no me pusieron cortapisas a la hora de hacer cualquier cosa en el barco, todos los días Velo explicaba las intenciones de la operación a todo el mundo, lo que querían hacer y hasta donde podían llegar, reunía a los pasajeros de primera, segunda y tercera y les daba mítines políticos”. Luis Noya en el film de Margarita Ledo.
Viendo que la estrategia de capturarlos en aguas del Caribe
había fracasado, cuatrimotores del ejército americano, salen en su búsqueda utilizando aeropuertos de Brasil y de
Puerto Rico, ahora buscan entre el cabo San Roque y la costa de Guinea. Las
instalaciones de radar barren las aguas del Atlántico. El Santa María continua navegando en zigzag sin problemas, pendientes de las noticias y rumbo a África, el día 25 deciden abrir el servicio de radiotelegrafía,
Soutomaior no debió estar muy de acuerdo con esa decisión porque escribe “…pero un acuerdo tomado el día 25 que
dispone poner en servicio la radiotelegrafía nos impide llevar hasta el final
este plan”, no nos cuenta como se tomó esa decisión ni el por qué. A partir del momento que se conectaron por
radio empiezan a recibir telegramas de felicitación y se dan cuenta del interés
de la prensa internacional por ellos.
El mismo día 24 Salazar moviliza a la Marina portuguesa y pide la intervención de Gran
Bretaña y EE.UU a la que también se suma Holanda debido a que en el pasaje hay
ciudadanos de ese país. El general Humberto Delgado desde Brasil desmiente todo acto de piratería e intenta maniobrar a nivel diplomático con las embajadas de EEUU y Gran Bretaña a las que solicita que no interfieran en el secuestro pues se trata de un acto de motivaciones políticas contra la dictadura portuguesa. El Foreign Office no reconoce el
estatuto diplomático del ex General.
El día 25 al amanecer se cruzan
con el mercante danés Vibeke Gulwa, a unas 900 millas al este de Trinidad, que
les pide que se identifiquen por radio, algo usual en la marina, el Santa María
no responde, dos horas más tarde cambian el rumbo. Ese mismo día el presidente
Kennedy declara que no se habían dado instrucciones a la armada estadounidense para que
abordara el Santa María en caso de ser encontrado y que las únicas
instrucciones que se habían dado a la marina era acompañarlos.
La prensa española se refería al hecho como un ataque a los intereses portugueses en África y al régimen amigo de Portugal sin mencionar, al principio, la existencia de españoles en el comando o entre los "piratas" como les gustaba llamarles. El 26 el corresponsal
de ABC en Washington informa de que “los
portavoces de la propaganda soviética no han comentado aún el caso del Santa
María, aunque se cree que lo harán —y con mucho ruido— en cualquier momento”
y transcribe un párrafo del NYT en el que se reconoce el carácter político de
la operación y hace hincapié en que los líderes políticos era el ex general Humberto
Delgado y el ex Capitán Henrique Galvão. En otro artículo de ABC se preguntan: “¿Qué gobernante ha podido acometer su ayuda a los piratas de nuestros
días?” y da los nombres del líder independentista de la Guinea Francesa
Seku Ture y como no de Fidel Castro, que, aunque “sin ser comunista declarado”, como dice el periódico, era el
objetivo preferido de las elucubraciones periodísticas y políticas que a veces
rozaban el ridículo vistas desde hoy, incluso se involucraba al Embajador
soviético en Rabat. Para el régimen y sus voceros estaba claro que el secuestro había sido llevado a cabo por los amigos de la "revolución destructora" y de una supuesta concentración o contubernio de "enemigos jurados de la libertad cristiana", pero para un niño como yo, y para la poca gente que recuerda aquel hecho, el secuestro del Santa María era una aventura romántica de piratas del Siglo XX en aguas del Caribe. Por si acaso la armada española estaba en alerta y posiblemente ya
se habían dado instrucciones para la salida del crucero "Canarias" hacia la zona.
Mientras, los
dirigentes del comando no esperaban nada de la oposición en el exilio a las dos
dictaduras, como así fue. Soutomaior escribe: “¿Qué harán las fuerzas de la oposición
españolas y portuguesas?, sinceramente no esperábamos grandes cosas, la
división y la pasividad los tenía desde hace años incapacitados. El afán
exclusivista de cada uno les llevaría a no estimar en todo su valor el momento político
que vivíamos, tratando así de no reconocer en el DRIL la organización capaz de
ser el núcleo de un frente de lucha activa”
Aunque esta última
frase pueda parecer un brindis al Sol de Sotomayor, lo que si es cierto es que al menos la
oposición española en el exilio consideró esta acción una aventura de cuatro "outsider" que
ellos no aprobaban, ocupados como estaban en darse navajazos en la espalda y
apostar por la reconciliación nacional, lo que trajo como resultado lo que
vivimos en nuestra Transición. Esta cuestión no era nueva dado que el PSOE e incluso el PCE criticaron duramente acciones anteriores del DRIL en España insinuando que era un grupo controlado por los Servicios de Seguridad franquista, historia que contaré en otra entrada sobre el DRIL.
Mientras, los Laboristas británicos en la Cámara de los Comunes y en sus medios de prensa critican duramente el apoyo incondicional brindado al dictador Salazar por la Armada Británica, el Almirantazgo acabó por retirar los buques, lo mismo que hizo Holanda. Cada vez la presión de los antifascistas en el mundo occidental era más grande y la simpatía por la hazaña crecía y al Santa María no paran de llegar radiogramas de todo el mundo en apoyo a la acción antifascista del DRIL.
Mientras, los Laboristas británicos en la Cámara de los Comunes y en sus medios de prensa critican duramente el apoyo incondicional brindado al dictador Salazar por la Armada Británica, el Almirantazgo acabó por retirar los buques, lo mismo que hizo Holanda. Cada vez la presión de los antifascistas en el mundo occidental era más grande y la simpatía por la hazaña crecía y al Santa María no paran de llegar radiogramas de todo el mundo en apoyo a la acción antifascista del DRIL.
A las 13:10 horas del 25 de enero a 600 millas de la desembocadura del Río Amazonas, en dirección a
África, después de 2.140 millas de navegación son localizados por un avión
estadounidense. Soutomaior escribe: “Burlamos
la persecución durante 80 horas, después de ser vistos en la Isla de Santa Lucía”.
Cuatrimotor estadounidense escoltando al Santa María |
“Conocemos la posición del barco, El Santa María ha sido localizado por la aeronave P2B Aircraft a 600 millas al Norte del Río Amazonas”. John F. Kennedy, rueda de Prensa en la Casa Blanca el día 26 de enero.
Continua
Me tienes en un sinvivir con esta historia, sufro por el destino de sus protagonistas, eres un maestro del suspense, además de un magnífico periodista.
ResponderEliminar